El Código de Conducta en la montaña ¿Todavía existe?
- Por Carbono Catorce Team.
- 16 feb 2017
- 10 Min. de lectura

¿Sigue vigente la ética en la montaña y la práctica de valores universales entre la comunidad montañista?
Uno de los rasgos más característicos del montañismo es -o quizá podríamos decir tristemente "era"- la inherente práctica de los valores universales que conlleva dentro de su realización.
Este código no escrito de lealtad y respeto entre los miembros de la cordada, los demás montañistas y las comunidades que viven alrededor de las grandes cumbres fue la constante durante muchos años, pero lamentablemente está tendiendo a desaparecer entre los nuevos practicantes y aficionados a los grandes retos de fin de semana y la mejor selfie, muchos de ellos seducidos por el engrandecimiento del ego, la búsqueda sensacionalista de fama temporal, la competencia desleal entre operadores y guías, además del inevitable resquebrajamiento social que minimiza la importancia de preservar el sentido común y respeto hacia otros deportistas o comunidades.
La UIAA publicó en el 2009 la "Mountain Ethic Declaration", un documento que sin la intención de convertirse en un reglamento, debe de movernos a la reflexión sobre el verdadero significado del Montañismo y cuál es nuestra actitud y valores que demostramos al estar en la montaña.
Esta declaración engloba en 12 premisas el respeto a los derechos humanos, las culturas que estamos visitando en regiones distintas a nuestro hogar, protección a la vida silvestre y el espíritu de equipo y cooperación como lenguaje común de todos los montañistas.
Conozcamos estas declaraciones, pero sobre todo es importante realizar un auto-análisis sobre cuál es la actitud que nosotros demostramos ante dichas circunstancias:
"Artículo 1. Responsabilidad individual.
Un montañista o escalador experimentado es responsable de su propia seguridad, co-partícipe de la seguridad de sus compañeros y debe de ser vigilante de la seguridad de los participantes menos experimentados.
Por lo tanto, dentro de esta responsabilidad debemos de:
Estar debidamente entrenados física, mental y técnicamente para cada excursión
Fijarnos metas de acuerdo a nuestras propias habilidades y la capacidad de desempeño de nuestro grupo.
Estar alerta y tomar siempre decisiones con buen juicio en base a las condiciones de la montaña y las circunstancias que nos rodean.
Artículo 2. Espíritu de equipo.
Convertir la meta común en nuestra meta es el objetivo de realizar una actividad en equipo. Debemos mostrar tolerancia y buena voluntad para hacer compromisos que permitan balancear todos los intereses y las habilidades con las que cuentan nuestros compañeros.
Recordemos siempre la frase de Roger Baxter-Jones “Regresad vivos, regresad como amigos, llegad a la cumbre. Por este orden.”
Artículo 3. La comunidad de escaladores.
A cada persona que encontramos en las rocas o en las montañas debemos la misma gentileza y respeto. Saludar, respetar las pertenencias de los demás, recoger nuestra basura y evitar hacer ruido en los refugios, advertir a otros sobre peligros potenciales que hemos detectado y evitar emitir juicios despectivos sin contar con toda la información completa debe de ser algo cotidiano en nuestras excursiones.
En caso de alguna duda sobre cómo actuar con base en la "ética" o "costumbres" locales, recordemos siempre la regla de oro: Trata a los demás como deseas ser tratado.
Artículo 4. Al visitar otros países
Como huéspedes de otras culturas, siempre debemos conducirnos respetuosamente y con moderación hacia la gente del lugar, nuestros anfitriones. Promoveremos las relaciones internacionales si ayudamos a desarrollar un entendimiento de su sociedad, religión y la forma de hacer las cosas. La experiencia de vivir con apertura las culturas ajenas ha influenciado la vida de muchos escaladores de una manera significante enriqueciéndola con nuevas experiencias gratificantes.
Mostrar algunas consideraciones hacia la gente local como conocer las palabras más elementales para dar las gracias, solicitar ayuda, pedir algo, los números, días de la semana, etc. pueden facilitar enormemente nuestra comunicación y nos ayudarán a establecer empatía con nuestros anfitriones.
Siempre debemos ayudar a la gente que con cariño y aceptación nos ayudan a realizar nuestros sueños de montaña. El médico de la expedición puede ser la diferencia para un habitante muy enfermo en alguna comunidad aislada, así como también brindar ayuda humanitaria dentro de nuestras posibilidades. Muchos montañistas se han involucrado en proyectos de ayuda internacional al conocer las necesidades de los pueblos que han visitado en diversas partes del mundo.
Artículo 5. El guía de montaña y el cliente (¡Un tema espinoso en México sin duda alguna!).
El guía de montaña debe de ser un experto altamente calificado, un profesional que comprenda que la seguridad de su cliente debe de ser prioritaria en todo momento y si es posible (además de ser muy deseable) deberá de procurarle que la experiencia sea positiva y enriquecedora.
Es importante que el guía seleccione una ruta que esté a la altura del nivel de habilidades de su cliente aun bajo las peores circunstancias (mal tiempo, etc.) ¡Es terriblemente inaceptable encontrarse con "turistas" en el Iztaccíhuatl dejados atrás por su guía con el pretexto de no poder mantener el paso del "grupo"! ¿Cuantas veces hemos escuchado a estás desafortunadas víctimas de la explotación comercial del montañismo que se les indicó que "no necesitan preparación física previa", "era una caminata cualquiera" o cualquier pretexto barato con tal de venderles "un viaje" que a todas luces excede su capacidad física y expone su seguridad?
Por su parte, el cliente también debe de verificar las referencias y reputación del guía contratado y no solamente dejarse llevar por una buena estrategia comercial y fotos impresionantes. Debe de comprender que su vida e integridad quedaran supraditadas a las decisiones que tome su guía y por lo tanto deberá de obedecer sus instrucciones en todo momento.
Artículo 6. Emergencias.
Si una persona que encontremos —no importa si es un escalador amigo o desconocido, un porteador u otro habitante local— necesita ayuda, debemos hacer todo lo posible para darle un apoyo calificado tan rápidamente como se pueda. No hay (¡ni debe haber jamás!) una "zona libre de moral" en el montañismo.
Salvar una vida o reducir el daño a la salud de una persona herida es mucho más valioso que el más difícil de los primeros ascensos. Nadie estamos exentos de requerir ayuda en la montaña y debemos brindar toda la asistencia que sea posible a una víctima: ya sea brindando primeros auxilios, notificando a las autoridades o proporcionando abrigo y apoyo moral en mientras llegan las instancias especializadas de rescate.
Ayudar a alguien más en apuros tiene absoluta prioridad por encima de alcanzar la meta que nos hemos fijado en la montaña.
Artículo 7. Agonía y muerte.
Debido a la peligrosidad de nuestro deporte, los montañistas podemos llegar a vernos confrontados con la agonía y la muerte, por lo que sería adecuado conocer cuales son los alcances legales y responsabilidades en caso de suscitarse un accidente mortal de acuerdo al país donde nos encontremos, así como siempre tomar todas las medidas preventivas para evitar en todo momento algún desenlace fatal en nuestro grupo por cualquier motivo.
Si aún de haber previsto todo lo posible nos encontramos ante estas circunstancias y alguna persona se encuentra en agonía debemos contribuir a hacer esta transición lo más armoniosa como sea posible, tratar el cuerpo del difunto con respeto hacia sus creencias (si las conocemos) y hacer todo lo posible para aliviar la aflicción de los implicados.
Si realizar el rescate del cuerpo por nuestros propios medios no fuera posible debido a que se exponga nuestro grupo a sufrir un accidente o las leyes del país no permitan nuestra intervención en la escena si no está presente alguna autoridad judicial, es necesario documentar el accidente con fotografías, anotar la localización precisa y dar parte a las autoridades en cuanto sea posible. Los artículos personales del fallecido deberán entregarse a los familiares o en su caso, a la policía local si es una persona desconocida que haya sido víctima de la desgracia en la misma ruta que llevamos nosotros.
Artículo 8. Naturaleza y medio ambiente
Los montañistas y escaladores debemos de ser un modelo a seguir en la preservación de la naturaleza y ser promotores activos de su cuidado y conservación. En todo caso, estamos obligados a observar los reglamentos de conservación impuestos en las Áreas Naturales Protegidas y en los casos de su desconocimiento o no existencia, aplicar siempre el sentido común y respeto hacia los sitios visitados.
En el mismo documento presentado por el Club de Andinismo GEA, se nos invita a llevar a cabo las siguientes acciones para proteger la naturaleza y el medio ambiente:
1. Respetaremos las medidas para preservar el medio ambiente natural y procuramos que sean seguidas por nuestros compañeros de escalada.
2. Si es posible, nos aproximamos a nuestro destino usando transporte público para minimizar el tráfico en los caminos.
3. Para evitar la erosión y no perturbar la vida natural, permanecemos en los caminos durante la aproximación y descenso y, en zonas silvestres, elegimos la ruta más ecocompatible.
4. Procuramos reducir el disturbio a la vida natural a un mínimo evitando el ruido elevado.
5. Durante los periodos de anidamiento y cría de las aves que habitan los riscos, estos hábitats y nidos están estrictamente fuera de alcance. Tan pronto como aprendamos cualquier actividad de crianza, debemos transmitirla a nuestros compañeros y asegurar que estén lejos de esa área.
6. Durante los primeros ascensos debemos ser cuidadosos de no amenazar los biotopos de especies raras de plantas y animales. Al equipar y evolucionar por las rutas debemos tomar todas las precauciones para minimizar su impacto ambiental.
7. No sólo debemos llevarnos nuestra propia basura de las montañas sino tomar cualquiera que otros hayan dejado.
8. En ausencia de instalaciones sanitarias, al defecar debemos mantener una distancia adecuada de las casas, campamentos, arroyo, ríos o lagos y tomar todas las medidas necesarias para evitar dañar el ecosistema y asegurarnos que no ofendemos los sentimientos estéticos de otra gente. En zonas altamente frecuentadas con un bajo nivel de actividad biológica, los montañistas deben tomarse el trabajo de llevarse sus heces consigo.
9. En el montañismo de grandes altitudes, el campamento debe mantenerse limpio, debe evitarse la basura o disponer de ella adecuadamente. Todo el equipo de escalada —cuerdas fijas, tiendas y botellas de oxígeno— deben ser removidas de la montaña.
10. El consumo de energía debe ser reducido al mínimo. Especialmente en países con una carestía de madera, evitar cualquier cosa que contribuya a un posterior deterioro de los bosques.
11. En conflictos por el acceso, los propietarios de la tierra, autoridades y asociaciones deben negociar para encontrar soluciones satisfactorias a todas las partes.
12. Tomamos una parte activa en la implementación de reglamentos, especialmente al publicitarlas y contribuir a la infraestructura necesaria.
13. Junto con las asociaciones de montañismo y otros grupos de conservación, somos proactivos a nivel político en la protección de hábitats y el medio.
Artículo 9. Estilo y excelencia.
El "como se hace" es más importante que el objetivo alcanzado. Recorrer una ruta de forma limpia tiene más valor que presumir de grandes logros donde se violan principios deportivos. En cada forma de escalada, el "buen estilo" significa la reducción de ayudas técnicas a un mínimo justificable y absteniéndose de incrementar la cantidad de protecciones fijas en rutas ya existentes.
Dentro de las recomendaciones indicadas también por el Club de Andismo GEA encontramos algunos buenos recordatorios de las acciones que pueden sumarle o restarle "excelencia" a nuestro ascenso:
1. El estilo deseable de hacer una ruta de escalada libre es el ascenso a vista y punto rojo (redpoint, rotpunkt). Revisar una ruta y practicar los movimientos disminuye la calidad del ascenso y la experiencia. Un ascenso hecho con descansos colgado de piezas de protección no es considerado válido.
2. Los escaladores deben abstenerse de incrementar las protecciones fijas en rutas existentes. Cuando se realicen medidas de reequipamiento, debemos esforzarnos por preservar el carácter original de una escalada.
3. En lo posible debemos abstenernos de usar cadenas de campamentos y cuerdas fijas y procurar un ascenso en estilo alpino de una sola tirada sin ayuda externa.
4. El uso del oxígeno artificial en la escalada debe estar limitado a propósitos médicos.
5. Abstenerse del consumo de todas las sustancias ilegales en otros deportes si su administración no está indicada médicamente.
Artículo 10. Primeros ascensos.
El Club de Alpinismo GEA nos recuerda que un primer ascenso debe intentarse sólo si la escalada puede ser hecha de una forma ambientalmente adecuada, si es compatible con la reglamentación local y si no afecta de alguna manera demandas justificadas de otros escaladores.
El primer ascenso de una ruta o una montaña es un acto creativo y, en muchos casos, refleja el estilo particular de un montañista.
1.En regiones alpinas, los primeros ascensos deben hacerse exclusivamente de punta (sin ninguna forma de fijación por encima).
2.Deben usarse todas las protecciones "naturales" disponibles con nueces, friends, etc.
3.En principio, el primer ascensionista decide el estándar de protección de su ruta. Sin embargo, en áreas designadas como silvestres por el comité de acceso responsable, los bolts deben limitarse a un mínimo absoluto.
4.Durante el primer ascenso de una escalada artificial, el horadar agujeros y fijar piezas debe ser limitado a un mínimo absoluto; un agujero horadado debe emplearse sólo como último recurso.
5.No debe comprometerse el carácter independiente de las rutas adyacentes.
6.Si un proyecto está siendo intentado por un grupo sin el uso de bolts y no ha sido explícitamente abandonado, los candidatos a la ruta con un nivel ético estándar menor deben esperar un periodo de moratoria de tres años desde el primer intento de su predecesor.
7.Las disputas sobre los primeros ascensos deben ser solucionadas de una manera digna a las mejores tradiciones del montañismo.
8.Cuando se reporte un primer ascenso es esencial señalar la verdad en cada detalle. Los puntos a documentar incluyen: la longitud de la escalada, la elevación de su punto más alto, la dificultad, el número y localización de piezas fijas y de artificial, el uso de cuerda fija y oxígeno artificial, fechas y duración del ascenso, lo mismo que el número y localización de campamentos y vivacs.
9.Debemos verificar nuestro énfasis más allá de toda duda: tomar fotos que prueben el ascenso a la montaña, documentar una escalada en roca importante en video y dejar clavos en puntos estratégicos pueden ahorrarnos a nosotros mismos y a la comunidad un montón de problemas.
Artículo 11. Patrocinadores y relaciones públicas
Cada día es más común la presencia de patrocinadores en las actividades de montaña, lo cual ha generado una mayor difusión a nuestro deporte, además de permitir a algunos montañistas alcanzar retos que no solamente ha llevado sus nombres a la fama, si no también han engrandecido el deporte nacional.
Los deportistas individuales o eventos que gozan del apoyo de patrocinadores, deseablemente deben de abstenerse de representar productos que vayan en detrimento de otras personas, la naturaleza o el medio ambiente ¿Te imaginas una travesía alpina patrocinada por una marca de pesticidas o envuelta en escándalos de contaminación, corrupción descarada o daño a la biodiversidad?
Por su parte, el patrocinador no puede bajo ninguna circunstancia presionar al montañista en su desempeño. Si es evidente que sus días como un atleta de primera clase y como medio publicitario han llegado a su fin, el contrato debe disolverse amigablemente.
Artículo 12. La escalada en los medios de difusión
Los medios de difusión han ayudado a popularizar el montañismo, así como ofrecen en muchos casos una perspectiva que influirá en la construcción del concepto culturalmente arraigado en la población.
Es común que después de algún accidente suscitado alrededor del montañismo se escuchen opiniones como "es muy peligroso", o "es un deporte de alto riesgo", por lo tanto deportistas independientes, asociaciones, clubes y demás actores involucrados debemos siempre hacer un esfuerzo conjunto para ofrecer al público una imagen positiva, realista y profesional del montañismo y la escalada.
Es innegable el alcance obtenido en las redes sociales, por lo que también sería sensato evitar envolverse en discusiones infructuosas, apresurarnos a emitir juicios si no contamos con todos los elementos necesarios para conformar una opinión profesional y no tendenciosa, así como difamar públicamente a otros compañeros deportivos simplemente por envidia o rencillas personales.
Para quienes amamos la vida en la montaña, comprendemos que el montañismo no es solamente una actividad deportiva, sino que envuelve toda una filosofía y forma de vida, por lo que siempre debemos de procurar que nuestro desempeño ensalce sus valores y a la vez, sirva como ejemplo para las nuevas generaciones.
Referencias y citas:
Club de Andinismo GEA (s.f.) Código de Montaña UIIA. Documento disponible en http://www.andinismogea.cl/documentos/codigouiia.pdf
UIAA (2009) Mountain Ethic Declaration disponible en www.theuiaa.org
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